Dame un voto… y toma un bocadillo (o 633,3€)

Hace tiempo que pensaba que la actuación del PSC no podía depararme más sorpresas (o disgustos, según se mire). Pero es bien cierto aquéllo de «vivir para ver». Porque su última propuesta electoral supera con creces el nivel de insensatez que podría suponerle a cualquier formación política, y eso que, entre unos y otros, están dejando el listón bien alto.

La nueva promesa electoral de Montilla es ofrecer créditos a los jóvenes menores de 25 años que forman parte de la llamada «generación NI-NI», es decir, aquéllos que «Ni estudian Ni trabajan» para  facilitarles, dicen,  la formación y las posibilidades de encontrar un empleo. Montilla presentó la propuesta en uno de los feudos socialistas en Catalunya, L’Hospitalet de Llobregat, durante la conferencia nacional del PSC para la aprobación de su programa electoral de cara a las elecciones autonómicas catalanas del 28 de Noviembre. Los socialistas catalanes han bautizado la propuesta como «contrato para el futuro» y, según parece, tiene como objetivo que ningún joven en Catalunya esté más de seis meses en paro sin formarse.

La propuesta socialista sería la siguiente:

-los jóvenes menores de 25 años que ni estudian ni trabajan (los famosos «NINI» percibirían 633,3€ mensuales (el equivalente al salario mínimo) durante nueve meses y seguirían cobrando durante tres meses más mientras busquen empleo.

-podrían obtener, además, una «beca-formación», a fondo perdido, que costearía los estudios durante esos nueve meses.

– para los menores de 30 años con formación, pero que deseen mejorarla, se otorgaría un «crédito-salario» por un máximo de 11.399€, que deberán devolver cuando encuentren trabajo. Con esto, dicen los socialistas, se pretende que este sector de población no permanezca en el paro más de 6 meses sin oportunidad de mejorar su formación.

 – los créditos, que solicitarían a través de los ayuntamientos, tendrían que devolverse sin intereses en el plazo de seis años siempre y cuando el beneficiario encuentre trabajo y el sueldo sea el doble al del salario mínimo nterprofesional. Si durante este plazo el joven perdiera el empleo, se suspendería también la obligación de devolver el crédito hasta que volviera a incorporarse al mundo laboral.

Los socialistas estiman que podrían beneficiarse de estas medidas un colectivo de aproximadamente 124.000 personas y que el coste sería de entre 137 y 148 millones de euros.

Cuando conseguí dejar de parpadear después de leer la noticia, confieso que lo primero que me pasó por la cabeza fue que esta nueva «ayuda» ideada por los socialistas difícilmente se iba a poner en práctica porque, tal como pinta la situación, el PSC lo tiene bastante difícil para repetir mandato. A no ser que haya un nuevo Tripartit, diga Montilla lo que diga en estos momentos. Pero es obvio que, independientemente del resultado de las elecciones del 28 de Noviembre, que sean capaces de «vender» esta propuesta merece algunas consideraciones, de tipo económico y de tipo moral.

Desde el punto de vista económico, no hay que ser un experto para darse cuenta de que los números no salen. Y que una ayuda de este tipo acabaría suprimiéndose, como otras, o bien conseguirla sería una especie de vía crucis más largo que las obras de la Sagrada Familia, como siempre. Que Montilla anuncie esta propuesta, electoralista donde las haya, teniendo en cuenta que hay miles de personas que todavía no se benefician de las ayudas que les corresponden según la Ley de Dependencia, por poner sólo un ejemplo, me parece poco menos que grotesco y que insulta la inteligencia de los votantes. ¿Dónde han quedado otras ayudas sociales anunciadas a bombo y platillo por el PSOE y que han tenido que retirar a causa del estado agónico de nuestra economía? Las «ayudas» de los socialistas, concebidas en una especie de estado de borrachera presupuestaria, las estamos pagando con más déficit, recortando sueldos, congelando pensiones, pretendiendo aumentar la edad de jubilación porque no tienen ni un euro, comprometiendo, en suma, el futuro de los jóvenes, de los que sí quieren formarse y trabajar. La reflexión que me hago es la siguiente: si no hay dinero público para becar a los jóvenes que desean labrarse un futuro, para los parados que han pagado religiosamente sus impuestos y que ahora se encuentran en una situación francamente comprometida, para los pequeños y medianos empresarios que tienen que hacer cada día juegos malabares para no echar el cierre a sus empresas… ¿Van a encontrar presupuesto para subvencionar a ese sector de jóvenes que prefiere pasarse el día en el parque o apalancados en el sofá?

Ésta es una medida muy del estilo del socialismo español, que ha fomentado la cultura de la «gratuidad», del recibir sin aportar nada a cambio. Algo así como el PER en Andalucía, por ejemplo. Hace poco, una señora natural de Burgos, pero que lleva muchos años viviendo en Catalunya explicaba que en su tierra ha habido temporadas en que los trabajadores del campo han preferido dejar perder la cosecha que recogerla, porque consiguen más dinero tirando de ayudas estatales y europeas que yendo al campo cada día a trabajar. Lo mismo sería aplicable a los NINI’s ¿Para qué van a trabajar si se les está subvencionando precisamente el hecho de no hacerlo?

Por otra parte, creo que esta medida, de llegar a aplicarse, resultaría muy difícil de controlar. ¿Cómo demostrarán esos jóvenes que están buscando trabajo? ¿Pedirán un justificante cada vez que asistan a una entrevista? Además, si tienen que devolver el famoso crédito una vez obtengan un trabajo con un sueldo que sea el doble al salario mínimo interprofesional (estaríamos hablando de unos 1.2oo€), me río yo de cuántos van a poder devolverlo, teniendo en cuenta los sueldos que se pagan en este país, incluso a los jóvenes con estudios y formación. Si a esto le sumamos que si llegan a perder el empleo, la obligación de retornar el crédito queda en suspenso, no quiero pensar cuánto tiempo les van a durar los trabajos.

 Y ahora, las consideraciones morales, que pueden hacerse y muchas. Esta medida puede que les permita arañar votos en un sector de población que tradicionalmente no acude a las urnas ¿Para qué? Pero está claro que perderán los de muchísimos jóvenes cuyo futuro no es nada halagüeño debido a la mala gestión económica de los gobiernos socialistas, ya sea central o autonómico. Sumados a los que van a perder entre los que ven, como yo misma, como miles de puestos de trabajo están pendientes de un hilo, su economía se resiente a causa de la subida de impuestos, el gasto social se recorta por todos lados y ya se imaginan trabajando todavía a los 70 años para subvencionar los créditos a los NINI’s. En conjunto, me parece una inmoralidad.

El gobierno no se preocupa de los jóvenes que deben endeudarse para pagar esos másters y postgrados que se les exigen desde la implantación del Plan Bolonia, ya que con los títulos de grado que consiguen en las universidades catalanas y españolas, lo máximo que van a poder hacer es envolver un bocadillo. Esas titulaciones añadidas valen, a menudo, miles de euros, que suponen un esfuerzo económico para muchísimas familias, cuando ya para la mayoría lo es el simple hecho de poder enviar a sus hijos a la universidad. ¿Se acuerdan en algún momento nuestros impresentables gobernantes de estos chicos y chicas y de sus familias? Estos jóvenes, cuando por fin consiguen sus másters, logran hablar tres idiomas (pagando las clases como actividades extraescolares, claro, porque el nivel de idiomas que se imparte en la escuela pública de este país es, en general, para ponerse a llorar) y tienen no sé cuántos postgrados, acaban haciendo las maletas, porque no encuentran empleo o los sueldos que les ofrecen son irrisorios en relación a la preparación que se les exige. Estamos viviendo una oleada de «fuga de cerebros» y a los iluminados del PSC sólo se les ocurre subvencionar el analfabetismo funcional y la vagancia. ¿Creen de verdad que esta medida fomenta el empleo?

Seamos claros. Un chico o una chica menor de 25 años que no tenga una formación académica mínima (y mira que la ESO es mínima, mínimz, mínima) es, sencillamente, porque no le ha dado la gana de abrir un libro. No hay más. Sé de lo que hablo porque me dedico a la docencia y trabajo cada día con adolescentes. Cualquier estudiante de 16 años que no haya sido capaz de aprobar 4º de ESO sin tener ningún problema de aprendizaje que se lo dificulte, es porque no ha querido. Incluso en esos casos hay vías alternatvas de formación. Si llegan a los 25 años sin haber trabajado en nada o habiendo sido incapaces de conservar un empleo, no creo que lo que necesiten sea, precisamente, dinero a cambio de nada, porque se reafirmarán en su postura vital irresponsable. Aun en el caso remoto que existiera presupuesto para conceder tales créditos, debería exigírseles algún tipo de actividad, de tipo social, por ejemplo, no simplemente que se dediquen a buscar trabajo. Todos sabemos que lo que no cuesta nada, no se valora, es de sentido común, aunque sea el que menos demuestren tener los socialistas.

 Puedo asegurar que a los padres, a los profesores, cada vez nos cuesta más educar a los jóvenes en la cultura del esfuerzo, de la constancia, inculcarles determinados valores, como el del trabajo. Los «Grandes Hermanos» y los «Sálvame» juegan en nuestra contra. Pero si encima nuestros propios gobernantes los premian por no haber estudiado ni trabajado, tenemos la batalla perdida.

Y ¿sabéis lo que más me sulfura de todo esto? Que ni siquiera soy de derechas y, por tanto, no me estoy frotando las manos ni entro en éxtasis cada vez que pienso que las próximas elecciones puedan ganarlas, tanto en Catalunya como en el Estado español, partidos conservadores. Porque si algo duele es que te decepcionen una y otra vez aquéllos que durante años has pensado que te representaban.

Imágenes: www.e-faro.info

 

3 Responses to Dame un voto… y toma un bocadillo (o 633,3€)

  1. Si es un crèdit que s’ha de tornar immediatament després, i no un subsidi a fons perdut, em sembla correcte, sempre i quant no suposi un increment greu del dèficit, es reparteixi amb criteris racionals i s’evalui la seva eficàcia.
    Igualment, em sembla la típica proposta populista made in PSC que sempre es treu de la màniga a poc de els eleccions i que després oblida.

  2. universcat says:

    Tal com es planteja la proposta, em fa l’efecte que seria un subsidi a fons perdut, ja que les condicions que s’haurien d’acomplir perquè el poguessin retornar em semblen pràcticament inviables. D’altra banda, si altres ajuts molt més necessaris s’han hagut de retirar o els beneficiaris porten anys esperant-los perquè no hi ha pressupost, em sembla que aprovar aquesta mesura no es justifica de cap manera. Pel que fa a la seva eficàcia, la cultura de la gratuïtat no ha ajudat mai a millorar aquest país. I si existeix una partida pressupostària per ajudar els joves, penso que n’hi ha molts d’altres que s’ho mereixen molt més que els anomenats NINI’s. De tota manera, com dius molt encertadament, sembla que en aquesta campanya la majoria dels partits, a banda i banda de l’espectre polític, van a la recerca del vot populista.

  3. madebymiki says:

    Hoy mismo en «el matí de RAC1» han hablado sobre este tema, y para mi sorpresa los tertulianos se han mostrado divididos.

    Sinceramente, creo que en este país no llegaremos a ninguna parte hasta que tengamos una opinión propia prescindiendo de lo que «nuestro partido» nos dicta. Quizás deberíamos dejar un espacio para nuestro sentido común…

    Salut!!

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