Praga, itinerarios y recomendaciones (VI): la Ciudad Nueva

 

Na Přikopě, en la Ciudad Nueva

La Ciudad Nueva (Nové Město) fue fundada en 1348 por Carlos IV. Por eso, cuando se habla de Ciudad Nueva en Praga no se hace referencia a su zona «no histórica», sino a un distrito que en el siglo XIV era «nuevo» en relación al resto de núcleos de población ya existentes. Sin embargo, hoy en día quedan poquísimos restos de ese pasado en sus calles y edificios, ya que buena parte de la Ciudad Nueva fue demolida a finales del siglo XIX para volver a rediseñarla más o menos con el aspecto que tiene en la actualidad.

 

Alrededores de Karlovo náměstí, en la Ciudad Nueva

El diseño y la construcción de la Ciudad Nueva se planificó al detalle alrededor de tres grandes plazas de mercado: el Mercado del Heno (la actual Senovižné náměstí), el Mercado de Ganado (la actual Karlovo náměstí) y el Mercado de Caballos (la actual Vaclavské náměstí). Por lo tanto, no fue una zona en la que la población se instalara y creciera de manera más o menos espontánea, sino que se pensó perfectamente cómo iba a ser ese nuevo distrito y qué tipo de población lo iba a habitar. En su extensión, que dobla la de la Ciudad Vieja, se instalaron artesanos y, sobre todo, comerciantes.

Este distrito praguense no tiene para los turistas tanto interés como los cuatro restantes (la Ciudad Vieja, el Barrio Judío, el Hradčany y la Malá Strana) también considerados «históricos». Su oferta para un visitante que pasa 3,4,5 días, incluso una semana no es tan atractiva ni de lejos. El hecho de que entre sus monumentos, parques o edificios más emblemáticos se tengan que recorrer a veces unas distancias considerables tampoco ayuda a su «promoción turística». Por eso, la mayoría de los visitantes de Praga, que disponen de tiempo limitado, lo único que conocen de este distrito es la Plaza Wenceslao y sus alrededores y, como mucho, llegan hasta la Plaza de Carlos (Karlovo náměstí), le echan un vistazo rápido a La casa que baila y se toman una cerveza en U Fleků o en U Kalicha. Sin embargo, nadie que visite Praga puede perder la oportunidad de pasear por las calles de la Ciudad Nueva, ya que será aquí donde, salvando distancias y de una manera más aproximada, podrá hacerse una idea de cómo es la vida cotidiana en Praga.

Alrededores de la Plaza Wenceslao (Vaclavské náměstí)

Para empezar el recorrido por la Ciudad Nueva propongo partir de la Plaza de la República y conocer antes los alrededores de la Plaza Wenceslao, que constituyen un importante nucleo de calles comerciales y también de interés histótico. Se puede llegar a la Plaza de la República con la líneoa B del metro y en los tranvías 8, 14 y 26. Tanto si llegais en metro como en tranvía bajaréis en la calle Na pořici, por encima de la Plaza de la República.

La Torre Jindřišská

Es la única torre que encontramos en esta zona cercana a la Plaza Wenceslao. Se puede llegar a pie desde la Plaza de la República (lo más aconsejable, está sólo a unos minutos y permite conocer la ciudad y sobre todo la zona comercial).  En este caso, hay que tomar la calle Senovažná, que queda a la izquierda si os situais mirando a la Torre de la Pólvora y el edificio de la Obecní Dům. También podéis llegar en los tranvías 3, 9, 14 y 24. La Torre queda justo en la intersección entre la calle Jindřišská y Senovažná náměstí.

 

Torre Jindřišská

Es una torre gótica de 67.7 m de altura, lo cual la convierte en la torre separada más alta de Praga. Se construyó entre 1472 y 1475 junto a la Iglesia de San Enrique y Cunegunda y a lo largo de los siglos ha sufrido avatares diversos, ya sea a causa de ataques militares (como el que tuvo que soportar en 1648 durante el ataque de las tropas suecas a la ciudad) o por fenómenos atmosféricos (en 1801, una terrible tormenta destrozó la parte superior gótica). El reloj de la torre es de estilo renacentista y se añadió en 1577.

La Torre cuenta con tres campanas grandes, la más antigua es Maria, forjada en 1518, Jindřich y Dominik. A las 9h, a las 12h, a las 15h y a las 18h es posible escuchar un repique especial. En la parte superior hay un mirador desde el cual se contemplan unas vistas estupendas. Se puede acceder por una escalera o por el ascensor rápido. El interior de la Torre está perfectamente preparado, incluso hay aire acondicionado. Unos pisos más abajo hay un muy buen restaurante, aunque caro. Como anécdota, decir que este restaurante está decorado con las maderas que cubrían el interior de la primera torre antes de las restauraciones.  Además, es muy habitual encontrarse en la Torre con exposiciones sobre temas diversos.

Suele ser un monumento muy tranquilo porque no pertenece estrictamente a las masificadas rutas turísticas y no encontraréis las aglomeraciones para hacer fotos típicas en la Torre del Ayuntamiento de la Ciudad Vieja o en las Torres del Puente de Carlos.

La Sinagoga del Jubileo

Casi al lado de la Torre Jindřišská, en la calle Jeruzalemská, por encima de la Iglesia de San Enrique y Cumegunda, encontraréis la Sinagoga del Jubileo o Sinagoga de Jerusalén. Es un edificio que llama la atención por su arquitectura de estilo morisco y por el colorido de su fachada. Es una de las sinagogas abiertas al culto en Praga, aunque no está incluida dentro del conjunto de sinagogas históricas, ni por su ubicación (fuera del perímetro del Josefov o antigua Ciudad Judía) ni por la fecha de construcción, en 1906, cuando ya se había llevado a cabo el Saneamiento del Barrio Judío).

 

Sinagoga del Jubileo

Fue diseñada por Wilhem Stiassny y su construcción se debió a la conmemoración del Jubileo, es decir, los 50 años del reinado del emperador Francisco José II.  Presenta una atrevida mezcla de estilo morisco y art nouveau. Hasta 1906 no abrió sus puertas como edificio turístico y sala de conciertos.

 

Interior de la Sinagoga del Jubileo

 

Interior de la Sinagoga del Jubileo

 

Interior de la Sinagoga del Jubileo

 

Desde la calle Jeruzalemská hay varios caminos para llegar a la Plaza Wenceslao. Pero no voy a proponer la más corta, sino la que considero que es más interesante para no perderse ningún detalle del paseo por la Ciudad Nueva. En Jeruzalemská, volved a la calle Jindřišská, que es la primera a la izquierda (deshacéis camino, como si regresarais a la Torre Jindřišská). La primera calle a la derecha es Nekázanka: tomad la calle y saldréis a una larga avenida que se abre a la izquierda de la Torre de la Pólvora, llamada Na Přikopě, que literalmente significa «en el foso«. El nombre se debe a que en esta zona se extendía el foso que separaba las murallas que rodeaban la Ciudad Vieja (de las que sólo se ha conservado la Torre de la Pólvora) y la separaban de la Ciudad Nueva.

 

Na Prikopě, en las inmediaciones de la Plaza Wenceslao


Na Prikopě

Na Prikopě es una zona muy concurrida, con tiendas, restaurantes y cafés, músicos callejeros, ¡¡carteristas!! Esa animación a veces puede hacer que al turista se le pasen por alto edificaciones históricas que demuestran la importancia que tuvo esta calle como arteria que unía la entrada principal de la Ciudad Vieja con el centro de la Ciudad Nueva, que es la Plaza Wenceslao.

  • Casa Eslava (número 22), edificio de estilo clásico de finales del siglo XVIII.
  • Iglesia de la Santa Cruz (número 16), edificio construido en estilo imperio de principios del siglo XIX.
  • Palacio Sylva-Taurocca, (número 10) edificación de estilo barroco tardío o rococó.

Palacio Sylva-Taurocca

En el número 10 de Na Prikopě se ha instalado el Museo del Comunismo. No he entrado nunca, así que sólo sé que recrea el ambiente de los años del comunismo en la antigua Checoslovaquia y en concreto, en Praga. Hay exposiciones permanentes, documentales en 3D, parece interesante.

En esta calle y en la 28 Ríjna, que conecta con la Avenida Nacional (Narodní třida), alrededor de la estación de metro Můstek, se concentran muchas de las tiendas de lujo de la capital checa.

 

Edificios en 28 ríjna

La Plaza Wenceslao

Siguiendo por Na Prikopě llegará un punto en que, a mano izquierda, os encontraréis con la Plaza Wenceslao.

 

Na Prikopě llegando a la Plaza Wenceslao

En transporte público se puede llegar en metro (las líneas A y B llevan a la estación Můstek, en la parte baja de la Plaza; y las líneas A y C llevan a la estación Muzeum, cerca del Museo Nacional) y en los tranvías 3, 9 , 14, 24.

Lo primero que llama la atención que no se trata de una plaza, sino casi de un bulevar. Sus medidas son 680 de largo por 60 metros de ancho. Es peatonal por el centro mientras que los coches transitan a lado y lado. Desde Na Prikopě el visitamte se encuentra al inicio de la «plaza», en el extremo opuesto al Museo Nacional y a la estatua ecuestre de San Wenceslao.

 

Plaza Wenceslao

El lugar que hoy es la Plaza Wenceslao fue un enorme mercado de caballos durante la Edad Media. Con el paso de los siglos, ha sido el lugar favorito en el que los praguenses se han congregado con motivo de algún suceso o manifestación que afectaba a la ciudad o al conjunto del país.

Lo primero que hemos hecho todos cuando pisamos por primera vez la Plaza Wenceslao es recorrerla de un extremo a otro en los dos sentidos. Pasear, curiosear por los tenderetes, llevar la mirada de un lado al otro, pero sin ver demasiado, dejarnos arrastrar por el bullicio y la animación que reina allí a todas horas.

 

Tenderetes en la Plaza Wenceslao

Sin embargo, no podemos olvidar que estamos en uno de los lugares en donde mejor se ha conservado en Praga la arquitectura de finales del siglo XIX, el estilo art nouveau. Los antiguos palacios barrocos que rodeaban este espacio fueron demolidos para construir edificios más altos y que seguían la moda arquitectónica que imperaba en Europa, desde Viena hasta Barcelona.

Empezando a caminar desde el extremo opuesto al Museo Nacional, el primer edificio interesante queda a la izquierda, el Palacio Koruna, un edificio construido en 1914 y que alberga tiendas y oficinas. Recibe su nombre por la torre angular que tiene en su cima una corona (koruna en checo).

 

Palacio Koruna

Continuando en dirección al Museo Nacional, a la izquierda, justo delante de la estación de metro de Můstek, en la intersección con la calle Vodičkova se encuentra el edificio de la compañía de seguros Assicurazioni Generali, donde Franz Kafka trabajó 10 meses hasta que tuvo que solicitar la baja definitiva a causa de la tuberculosis. El edificio es otra de las muestras del estilo art nouveau que encontraréis en la Plaza Wenceslao.

 

Edificio de Assicurazioni Generali, Plaza Wenceslao

El siguiente edificio que capta el interés del visitante es el Hotel Evropa, construido en 1906. Tanto por su fachada exterior como por la decoración interior es una muestra representativa del art nouveau praguense. Entrad aunque sólo sea para echar un vistazo, están acostumbrados a los turistas que entran para admirar la decoración, sobre todo del Café que hay en su interior.

 

Fachada del Gran Hotel Evropa

Interior del Hotel Evropa

Al lado del Hotel Evropa se encuentra el Hotel Meran, otra muestra de la arquitectura y la decoración de finales del siglo XIX, principios del XX.

 

Hotel Meran, en la Plaza Wenceslao

El Museo Nacional y la Estatua ecuestre de San Wenceslao

Los dos elementos más emblemáticos de la Plaza Wenceslao son, sin duda, el edificio del Museo Nacional (Narodní Muzeum) y, delante, la estatua de San Wenceslao. En una situació elevada con respecto al resto del espacio urbanístico, dominan el campo visual del visitante desde cualquier punto de la plaza.

El Museo Nacional es un edificio diseñado en estilo neorrenacentista por Josef Schulz y se acabó de construir en 1890, en el momento de máximo auge de la corriente nacionalista checa que reivindicaba el espíritu nacional del antiguo reino de Bohemia y la separación del Imperio Austro-Húngaro. Después de subir la rampa que permite el acceso al Museo, podemos contemplar las estatuas alegóricas que decoran su fachada, sobre todo las de la Historia y la Historia Natural, que flanquean la puerta de entrada.

La decoración del interior del Museo es impresionante, sobre todo el vestíbulo principal. Ahora bien, podéis echarle una ojeada y volver a salir, ya que las colecciones que expone el Museo son muy específicas y están lejos de lo que busca ver un turista que va a pasar unos pocos días en Praga (minerología, antropología, historia natural…), no son en absoluto representativas de esas disciplinas y, además, han quedado bastante desfasadas.

 

La estatua de San Wenceslao, otro icono del renacimiento nacionalista checo, está construida en bronce fundido y fue diseñada en 1912 por Josef Myslbek, uno de los más importantes escultores del país de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

Delante de la estatua podréis contemplar el Memorial por dos de las víctimas del comunismo, una especia de altar circular con una placa y unas flores y las fotografías de dos jóvenes, Jan Palach y Jan Zajic. Palach, de 21 años, se autoinmoló rociándose con gasolina en las escaleras del Museo Nacional en 1969, como protesta contra la invasión soviética. Una cruz marca el punto exacto donde Palach cayó envuelto en llamas. Un mes más tarde, en febrero, Jan Zajic, de 19 años, seguía sus pasos tomando ácido y quemándose en el interior del edificio 39 de la Plaza Wenceslao. Hasta finales de los años 90, el memorial consistía en algunas flores, guirnaldas con la bandera checa y las fotos plastificadas de los dos jóvenes. Ése era el modesto recuerdo que los ciudadanos rendían a Palach y Zajic, pero nunca faltaban las flores y siempre podías ver a praguenses detenidos frente a ese casi improvisado tributo. No ha sido hasta más tarde cuando el gobierno decidió construir esa especie de altar circular y colocar en él la placa conmemorativa.

 

Memorial de Jan Palach y Jan Zajic delante del Museo Nacional

 

 

La Ópera estatal

Si habéis podido llegar a las escaleras de acceso al Museo Nacional es que habréis cruzado la calle Wilsonova, que constituye una nueva modalidad de deporte de riesgo en Praga.  Aprovechad el triunfo para dar un paseo hasta un edificio que está prácticamente al lado del Museo: la Ópera estatal o antiguo Teatro alemán.

 

Ópera estatal

La Ópera estatal ocupa el lugar donde se había construido el primer teatro de la Ciudad Nueva y que fue derruido en 1865.  Su nombre original fue Nuevo Teatro Alemán y se construyó para rivalizar con el Teatro Nacional Checo, que está en la Avenida Nacional. Su fachada es neoclásica y destaca el friso. Hoy en día es el principal teatro operístico de la ciudad de Praga. Consultad el programa, porque asistir a una ópera en este teatro es una experiencia para recordar.

A menos de 500 metros continuando por Wilsonova se llega a la Estación Principal de Praga (Praha hlavní nádraží), de donde salen y a donde llegan los trenes procedentes de otras ciudades europeas. El interés turístico de esta estación, construida en 1871 en honor al emperador Francisco José, es la decoración art nouveau de su interior, obra de Josef Fanta. Es realmente impresionante, pero si no sois unos grandes aficionados a la arquitectura y al diseño, mejor obviais esta visita, ya que el ambiente que se genera en esta estación (en el exterior, sobre todo) no es el más recomendable.

 

Hlavní nadraži

El Palacio Lucerna

 

Palacio Lucerna

Volviendo a la Plaza Wenceslao, con el Museo y la estatura de San Wenceslao a vuestra espalda, podéis caminar hasta el punto de partida, la parte más baja de la Plaza, atendiendo ahora a los edificios que quedan a vuestra izquierda. A la altura del Hotel Evropa, es decir, en la intersección con la calle Vodičkova, en el número 36 de esta calle, se encuentra el Palacio Lucerna.

El Palacio Lucerna es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, no por su arquitectura, sino por lo que ha representado y representa todavía hoy en día en la vida cultural de Praga. En realidad, es un complejo de edificios, situado entre la calle Vodičkova y la calle Štepanská, perpendiculares a la Plaza Wenceslao. Su arquitectura refleja los últimos coletazos del art nouveau praguense.

El Palacio Lucerna, en realidad, intercomunica en su interior varios de los edificios de la parte superior de la Plaza Wenceslao, formando el Pasaje Lucerna. Podemos encontrar en él numerosas tiendas y restaurantes, cervecerías, una sala de cine, un famoso bar musical y una prestigiosa sala de conciertos, la Vélky sal.

El Pasaje Lucerna fue el primer complejo múltiple de Praga (avanzándose 80 años a nuestros centros y galerías comerciales), ya que data de principios de los años 20. Fue construido entre 1907 y 1921 según el proyecto de Vascláv Havel, el abuelo de Václav Havel, el que fuera primer presidente democrático de la República Checa después de la etapa socialista, y por Stanislav Bechyné.

Uno de los alicientes para entrar en el Palacio Lucerno se encuentra en la planta baja, debajo de la cúpula de cristal, donde podemos contemplar otra de las estatuas del controvertido David Černy,  la Estatua de San Wenceslao con el caballo al revés de 1999.

 

Estatua de David Černy en el Pasaje Lucerna

No os perdais este pasaje comercial, echad un vistazo a sus tiendas, algunas un poco «checas» (entrando, a mano izquierda), tomad un café o una cerveza y contemplad la escultura de Černy. Si no tenéis tiempo en vuestro itinerario por la Plaza Wenceslao, podéis volver en cualquier momento, porque de verdad que es entretenido.

 

Entrada al Pasaje Lucerna

Café en el Pasaje Lucerna

Cervecería en el Pasaje Lucerna

Casi enfrente del Hotel Evropa podéis observar la Casa Wiehl, con una bonita y colorista fachada neorenacentista.

 

Casa Wiehl

Cuando estéis en la parte baja de la Plaza Wenceslao, en el extremo opuesto al Museo, girad a la izquierda y continuad andando unos metros en dirección a la Avenida Nacional y el río. Estaréis en la 28 Řijna (Avenida del 28 de Octubre) y llegaréis a la Plaza Jugmann (Jungmannovo náměstí).

La Plaza Jungmann, la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves y los Jardines Franciscanos

 

Plaza Jungmann. La famosa cervecería U Pinkasů se encuentra en el callejón a la derecha del edficio de fachada clara, que es una farmacia. A la izquierda de la foto, la 28 Řijna

Entrando en la plaza, a la izquierda, se levanta la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, que fue construida en 1347, al mismo tiempo que la Ciudad Nueva, por orden de Carlos IV. Sin embargo, esta iglesia que tenía que competir con la de Týn, quedó inclonclusa y sólo se construyó la nave principal.

 

Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves

Justo al lado de la iglesia se abren los Jardines Franciscanos, llamados así porque pertenecían al antiguo convento de San Francisco. Los Jardines están abiertos al público y son un remanso de paz en medio del ajetreo y la actividad febril de esta parte de la ciudad de Praga. Muy recomendables para tomarse un merecido descanso después de visitar la Plaza Wenceslao.

 

Jardnes Franciscanos

 

Jardines Franciscanos

 

En la Plaza Jungmann se encuentra el restaurante-cervecería U Pinkasů, que es un lugar recomendable para comer o tomar una cerveza, limpio y con un servicio relativamente rápido teniendo en cuenta lo que entienden los checos por un servicio rápido. Todavía se respira un ambiente típicamente checo, aunque ya no se escucha por las tardes a los clientes de toda la vida cantar tristes canciones en checo delante de una Pilsner Urquell. Los precios entonces eran baratos y ahora son razonables, teniendo en cuenta que se encuentra en una zona muy turística y que la fama del local ha ido corriendo de boca en boca. Lo principal es que se come bien, la cerveza es buena y el ambiente, agradable. Cuando he estado en Praga, no me ha importado caminar un poco si no estaba cerca de la Plaza Jungman, y he ido a almorzar o a cenaaar a U Pinkasů. El local queda un poco escondido, en un callejón bastante estrecho al lado de la Plaza. Si mirais la estatua de Jungmann que hay en medio de la Plaza, o sea, en dirección a la Avenida Nacional, la cervecería queda a vuestra izquierda.

Un consejo: esta plaza, como en general la zona de la Plaza Wenceslao, no es demasiado recomendable por la noche. En realidad, se transforma completamente. Hay que tener en cuenta que para los checos, salir por la noche no va más allá de las 22h, más o menos. En adelante, la Plaza Jungmann la toman los sin techo y por la zona de la Plaza Wenceslao se pasean algunos ejemplares mafiosos locales. No es que constituyan un peligro para el turista, pero tenedlo en cuenta.

La Avenida Nacional (Narodní třída)

La Avenida Nacional os llevará desde la Plaza Jungmann hasta el Puente de las Legiones (Most Legii) y los muelles del río Vltava. El muelle que queda a la derecha del puente es el Muelle Smetana (Smetanovo nabřaži) y siguiéndolo se llega al Puente de Carlos. Por su parte, el muelle que queda a la izquierda del Puente de las Legiones es el Muelle Masaryk (Masarykovo nabřaži), que conduce a la zona de la Ciudad Nueva que bordea el río. Praga toma aquí la imagen de ciudad moderna, con tráfico intenso, tranvías que suben y bajan, gente que se apresura hacia el trabajo y turistas que se detenienen ante los edificios más emblemáticos de esta arteria comercial o entran en los restaurantes y cafeterías, en las librerías y en los grandes almacenes. Es en esta zona precisamente por donde Praga comenzó a crecer durante el siglo XIX, más allá de los límites de las «ciudades» consideradas históricas.

En vuestro recorrido por la Avenida Nacional, hay diversos edificios que merecen la atención de cualquier visitante de Praga:

– la Iglesia y el Convento de las Ursulinas. La iglesia no hace mucho que se ha restaurado y enfrente hay un grupo escultórico en el que destaca San Juan Nepomuceno, acompañado de querubines, obra de Ignaz Platzer, realizado entre 1746 y 1747. Hoy en día el antiguo convento está ocupado por una licorería.

 

Convento de las Ursulinas en la Avenida Nacional

A continuación se levanta el inconfundible edificio del Teatro Nuevo, conocido en checo como Nová Scéna, con su exterior totalmente acristalado. En este teatro se llevan a cabo las representaciones de la Lanterna Magika, que consiste en espectáculos que combinan efectos en tres dimensiones, cine y danza contemporánea, tan típicamente checos como el teatro negro. Asistir a una representación de la Lanterna Magika es curioso, tiene su gracia, por decirlo de algún modo, pero es para verla una vez, al menos, para mi gusto. Si queréis asistir a un tipo de representación escénica tan genuinamente checa como es la Lanterna Magika, yo os recomiendo el Teatro Negro.

 

Nová Scéna

Ya enfrente de los Muelles, encontramos el Teatro Nacional (Narodní Divadlo).  Estaréis frente a uno de los grandes símbolos de la nación checa, siempre minorizada en relación a la minoría alemana. Su cúpula dorada es uno de los símbolos de la ciudad y es visible desde muchos puntos de ésta. El teatro se construyó gracias a una subscripción popular y la primera piedra se colocó en 1868. Su arquitecto fue Josef Zitek y se inauguró en 1880 con la representación de la obra Libussa de Smetana. Pero sólo dos meses después fue destruido por un incendio y su reconstrucción fue dirigida por Josef Shultz. Finalmente, se reabrió en 1883.

Si su exterior es majestuoso, su interior es digno de verse, sobre todo el vestíbulo y el auditorio, aunque éste último sólo es visible para aquellas personas que asistan a una representación. Normalmente se representan óperas de compositores checos, aunque también de compositores europeos como Verdi o Bizet, así como ballet. Actualmente se representan también obras de teatro contemporáneo.

 

Teatro Nacional

En la acera de enfrente, delante del Teatro Nacional, se encuentra el restaurante U Medvicků, uno de los mejores y más populares lugares para comer y tomar cerveza de Praga. En la esquina, ya dando al río, se encuentra el famoso Grand Café Slavia, el de mayor solera de Praga, lugar de reunión durante muchos años de artistas e intelectuales. El café, que abrió en 1881, es famoso por su ambiente relajado, la historia que encierran sus paredes y la calidad de sus cafés y especialidades de pastelería. Después de algunos años cerrado, entre 1991 y 1997, el Slavia volvió a abrir sus puertas ese año, totalmente restaurado, pero conservando la decoración art decó de los años 30. Es un lugar muy agradable para desayunar (a partir de las 8h), para tomar un tentempié a media tarde o para acabar con un buen café y algo dulce una velada en el teatro o en algún club de jazz. No dejéis de entrar en algún momento durante vuestra estancia en Praga y, si es posible, en una mesa de las que dan al río y al Muelle Smetana: las vistas son muy bonitas.

 

Grand Cafe Slavia

Por el Muelle Masaryk (Masarykovo nabřaži) hasta la Casa que baila y la Plaza de Carlos (Karlovo náměstí)

 

Puente de las Legiones (Most Legii)

Sin duda, este paseo que discurre al lado del río Vltava, a lo largo del Muelle Masaryk, desde el Puente de las Legiones (Most Legii) hasta el Puente Jiráskův ( Jiráskův Most) es UNO DE LOS MÁS BONITOS E INTERESANTES que se puede hacer por Praga.

 

Masarykovo nábřaži desde el río

Camninando por el Muelle Masaryk podréis disfrutar de una dosis de tranquilidad, contemplando el río, dando de comer a los cisnes y, sobre todo, contemplando los edificios art nouveau, que se suceden los unos a los otros. Es un recorrido de 1 kilómetro, aproximadamente, que os aseguro que si el tiempo os acompaña, se disfruta como pocos en esta ciudad.  Es una manera agradable de llegar al corazón de la Ciudad Nueva sin tener que tomar transporte público.

Cuando el Muelle Masaryk cambia de nombre y se convierte en Rašinovo nábřaži veréis aparecer ante vuestros ojos uno de los edificios que se han convertido en otro emblema de Praga en los últimos años: la discutida, amada y odiada Tančici Dům, la Casa que baila, obra del arquitecto Frank Gehry. Este edificio, conocido también como Ginger y Fred (ya que por sus sinuosas líneas se asemeja a una pareja que esté bailando) se levanta desde 1996 en la orilla derecha del Vltava y rompió en su momento con el tipo de arquitectura de otros siglos a que nos tenía acostumbrados la ciudad de Praga. La Casa que baila se ha acabado integrando en el contexto urbanístico que le rodea y ya es un elemento más que distingue a la ciudad, aunque cuando se construyó levantó una polvoreda de críticas entre los más conservadores, que opinaban que rompía con la estética de la zona (algo así como lo que pasó con la pirámide del Louvre en París, que se ha acabado convirtiendo en un símbolo de la ciudad). Aunque cuando la vi por primera vez me costó «digerirla», ahora no entendería esa parte de la Ciudad Nueva sin su silueta al lado del río.

 

Arquitectura art nouveau y arquitectura deconstructivista en Praga

Tančici Dům

A la altura del Puente Jiráskův girad a la izquierda y tomad la calle Resslova, que os conducirá directamente hacia la Plaza de Carlos. En vuestro recorrido encontraréis dos edificios históricos importantes. El primero de ellos es la Iglesia de San Wenceslao en Zderaza (Kostel svatého Vaclava Na Zderaze), en la esquina de la calle Resslova con la calle Dittrichova (dejando el río a vuestras espaldas, a la derecha). Zderaz es el nombre que recibía esta zona de la Ciudad Nueva cercana al río. Los edificios que existían se demolieron en el Saneamiento del año 1900 y sólo se ha conservado esta iglesia. De estilo gótico, se construyó en 1380 sobre una antigua edificación románica y consta de una sola nave. En 1785 se convirtió en almacén militar. En 1927 el edificio fue adquirido por la Iglesia Checoslovaca, heredera de las ideas de Jan Huss, por tanto, protestante. En su interior destaca el altar con el crucifijo, realizado por el famoso escultor checo František Bílek en 1930.

 

Iglesia de San Wenceslao

Un poco más adelante, en el mismo promontorio que la Iglesia de San Wenceslao, pero a vuestra inzquierda, queda la Iglesia de los Santos Cirilo y Metodio ( Kostel Sv. Cyrila a Metodeje). Actualmente es una iglesia de rito ortodoxo, construida en estilo barroco en 1730 y dedicada a San Carlos Borromeo. En los años 30 del siglo XX fue entregada a la Iglesia Ortodoxa y dedicada a los santos Cirilo y Metodio, conocidos como «los apóstoles de los eslavos», ya que en el siglo IX fueron los encargados de evangelizar, según las directrices de la iglesia ortodoxa, los territorios de Europa central, los Balcanes y Rusia. Esta iglesia tuvo un protagonismo trágico durante la Segunda Guerra Mundial. Estando Checoslovaquia invadida por los nazis desde 1938, la Resistencia checa atentó en Mayo de 1942 contra Reinhard Heydrich, el «Protector del Reich, una especie de gobernador nazi, tan cruel que era conocido como «El carnicero de Praga», responsable de la deportación de miles de judíos y disidentes políticos checos a los campos de exterminio. Los autores del atentado se refugiaron en la cripta de esta iglesia y se quitaron la vida antes que rendirse. Los impactos de las balas todavía pueden verse desde el exterior de la iglesia. Cuando Heydrich murió días después, como represalia por el atentado, Hitler ordenó devastar y asesinar a todos los hombres de la población checa de Lidice, cercana a Praga, ya que se decía que servía de refugio para los miembros de la Resistencia. Mientras que las mujeres fueron enviadas al campo  de concentración de Ravensbrück, algunos de los niños fueron adoptados por familias alemanas sin hijos El resto acabó en las cámaras de gas del campo de exterminio de Chelmno, en Polonia. En la cripta sde la iglesia e exhiben fotografías y documentos relacionados con los hechos

La iglesia puede visitarse de Martes a Domingo, de las 10h a las 16h (hasta las 17h en verano).

 

Iglesia de San Cirilo y San Metodio

Interior de la Iglesia de San Cirilo y Metodio

Delante de vosotros aparecerá pronto la Plaza de Carlos (Karlovo náměstí), que más que una plaza observaréis que es un parque inmenso, rodeado de edificios, algunos de ellos son facultades pertenecientes a la Universidad Karlova, y de un tráfico intenso. La Plaza de Carlos fue construida en 1348 en el lugar donde, hasta ese momento, estaba instalado el mayor mercado de la ciudad, el Mercado de Ganado. Su forma actual, una especie de rectángulo, fue diseñada en el siglo XIX. Hasta finales de los años 90, esta zona no pareció beneficiarse de la remodelación que se llevaba a cabo en otras zonas de la ciudad, más turísticas y potencialmente más interesantes para los visitantes. Los edificios que circundaban la plaza no eran llamativos ni encerraban tanta historia como los de la Ciudad Vieja, la Malá Strana o el Barrio Judío. El resultado era una sensación general de cierta dejadez, con un tráfico infernal y con las fachadas de los edificios cubiertas de hollín y muy deterioradas por la contaminación. Pero parece que los responsables municipales se dieron cuenta que «la Ciudad Nueva también existe» y desde hace una década se ha invertido en la reforma de este distrito de la ciudad.

 

Plaza de Carlos

Fuente en la Plaza de Carlos

La Plaza de Carlos es, pues, un parque amplio, donde es agradabilísimo pasear o descansar en un banco a la sombra de árboles centenarios y rodeados de edificios históricos y de estatuas de personalidades célebres del país.

Desde la calle Resslova, que justo cuando atraviesa la plaza se convierte en calle Jecná, se accede a la Plaza de Carlos justo por el medio, quedando ésta como dividida en dos partes. Así, el primer edificio que veréis, en la parte derecha de la plaza, es la Iglesia de San Ignacio (Kostel svatého Ignáce), de manera que esa especie de rectángulo que es la Plaza de Carlos quedaría dividida en dos mitades.

 

Llegando a la Plaza de Carlos desde la calle Resslova. A la derecha, la Iglesia de San Ignacio

En la parte derecha de la Plaza, en el extremo norte, podréis contemplar el Ayuntamiento de la Ciudad Nueva (Novoměstská radnice). El Ayuntamiento, que se construyó entre 1377 hasta 1419, fue testigo de la primera defenestración de Praga en 1419, cuando varios representantes municipales católicos fueron lanzados por una de sus ventanas. Este hecho desencadenó las guerras husitas, entre protestantes y católicos. El Ayuuntamiento estuvo en funcionamiento hasta 1784.

 

Ayuntamiento de la Ciudad Nueva

En la mitad derecha de la plaza, se levanta la Iglesia de San Ignacio. En estos terrenos construyó la Compañía de Jesús un segundo Colegio Jesuita, después del Klementinum. Cuando los jesuitas fueron expulsados en 1770 y la Orden disuelta, el convento se convirtió en hospital. La iglesia fue construida por Carlo Lurago entre entre 1665 y 1670. A la derecha de la iglesia, ya tocando a la calle U Némocnice, se levanta el complejo del antiguo Convento de San Ignacio.

 

Iglesia de San Ignacio

Interior de la Iglesia de San Ignacio

Cuando los jesuitas construyeron la iglesia, otras órdenes religiosas protestaron por el hecho de que se colocase en lo alto del frontón la estatua de San Ignacio en mandorla, es decir, en el limbo que rodea toda la figura, ya que esto se reservaba para las estatuas de Cristo y de la Virgen. Sin embargo, la estatua permaneció allí y allí continúa y ese limbo se ve brillar incluso a cierta distancia. En su interior, decorado en ese estilo barroco praguense tan característico, destaca la pintura en el altar mayor, la Gloria de Ignacio de Jan Jirí Heinsch. La iglesia está abierta hasta las 18.30h.

En el número 40 de la Plaza de Carlos, tocando a la calle U Nemocnice, se encuentra la Casa Fausto, alrededor de la cual giran algunas leyendas a las que son tan aficionados los habitantes de Praga. Esta casa, en la planta baja de la cual hoy en día hay algo tan prosaico como una farmacia, pasa por ser uno de esos edificios misteriosos y poblados por fantasmas del pasado que podemos encontrar en cualquier rincón de la ciudad.

Las leyendas de la Casa Fausto

 

Casa Fausto

En el siglo XVI nace el Mito de Fausto, el doctor que vendió el alma a Mefistófeles para lograr poseer el secreto de la inmortalidad. En ese siglo, cualquier persona que quisiera avanzar en el estudio del ser humano y del Universo, se consideraba que era contrario a la Iglesia y, por tanto, aliado del demonio. Fausto, en realidad, es el hombre que desafía a Dios porque quiere ser como Él y conocer los misterios de la vida y la muerte. Más allá del mito, parece ser que en Praga residió un personaje llamado Johannes Faust, un sabio alemán que vivió entre 1480 y 1540 y que después de viajar por Europa no se sabe haciendo exactamente qué, pasó los últimos años de su vida en Praga, concretamente en la calle Melantricová de la Ciudad Vieja. La razón por la cual se relacionó a este personaje con esta casa, es posible que tenga que ver con los primeros propietarios del edificio que se levantaba en este solar durante el siglo XIV, los príncipes de Opava, estirpe muy interesada en las ciencias naturales, y también con algunos de sus futuros inquilinos. En el siglo XVI, esta casa fue alquilada por Edward Kelley, un boticario y notario inglés. Se trasladó a Praga invitado por John Dee, su compatriota y famoso matemático, astrólogo, alquimista y ocultista. La verdadera pasión de Kelley eran la alquimia y la magia, así que no le fue difícil ganarse el favor del emperador Rodolfo II, apasionado de todo lo que tuviera que ver con lo oculto y lo mágico, y fue nombrado caballero. Pero parece que su trabajo como notario le reportó mala fama y su incapacidad por descubrir los secretos de la alquimia lo indispuso con Rodolfo II. Se le acusó de practicar la magia negra y el ocultismo (la doble moral de Rodolfo II aquí es evidente) y por eso fue encarcelado, torturado y se le cortó una oreja como a un vulgar delincuente. La Casa Fausto, pues, seguía vinculada a la magia y las ciencias ocultas.

Otra leyenda dice que un joven encontró los antiguos libros de magia negra de Johannes Faust y que conjuró al demonio, que se lo llevó volando por un agujero en el techo de la casa que nunca más pudo ser cubierto. Esta leyenda la desarrolló Alois Jirasek en su obra Viejas leyendas checas.

La realidad y la fantasía se combinan cuando se habla de este edificio renacentista del extremo sur de la Plaza de Carlos, que tal vez deba su fama a la imaginación del pueblo, a sus excéntricos habitantes y a la literatura.

RECORDAD: dos de las cervecerías más emblemáticas de Praga, U Fleků y U Kalicha se encuentran en la zona de la Plaza de Carlos. La primera, en la calle Kremencova (hay que situarse en el extremo norte de la plaza, cerca del Ayuntamiento de la Ciudad Nueva, tomar la calle Odborů, pasar el cruce con la calle Na Zbořenci y con la calle Mysilkova y un poco más adelante, se encuentra U Fleků) . La segunda, U Kalicha, se encuentra en la calle Na bojišti (por la calle Jecná, la que que atraviesa la Plaza de Carlos justo por el medio. Girar a la derecha por Sokolská. Continuar por esta calle y la primera que se encuentra a la derecha es Na bojišti.

Para más información sobre estas dos famosas cervecerías o sobre otros lugares donde comer y beber en la Ciudad Nueva, podéis hacer click aquí.

 

 

De la Plaza de Carlos al Monasterio Eslavo de Emaús y la Iglesia de San Juan Nepomuceno en la Roca

Si os situais delante de la puerta de la farmacia de la planta baja de la Casa Fausto, continuad andando dejándola a vuestra izquierda hasta que lleguéis a la calle Vyšehradská. Girad a la izquierda y continuad por esa calle, caminando al lado de un muro de piedra (este muro acaba abriéndose para dar acceso a la Iglesia de San Juan Nepomuceno en la Roca). Girad a la derecha por la calle Na Slovenech y llegaréis al Monasterio Eslavo de Emáus (Klášter na Slovanech – Emauzy).

 

Monasterio Eslavo de Emaús

La zona donde se levanta el Monasterio tiene también su propia leyenda. Su nombre es Moráñ. Una antigua leyenda checa cuenta que antes de la cristianización del país había allí un bosque de robles, en el cual vivía la antigua diosa eslava de la muerte, Morana. Por eso el nombre de Moráñ. Cerca del bosque había un cementerio y, junto a él, Wenceslao I mandó construir una iglesia en el siglo X, consagrándola a San Cosme y a San Damián. En 1889, los especialistas confirmaron que, efectivamente, existía allí un cementerio y se hicieron hallazgos arqueológicos de los siglos IX al XI.

Ya en el siglo XIV, el emperador Carlos IV hizo construir un monasterio cerca del río, junto a la antigua iglesia de San Cosme y San Damián que fue conocido como Na Slovanech, una referencia clara a las raíces eslavas de esa tierra. Carlos IV invitó a monjes benedictinos croatas para que resucitaran la liturgia eslava que habían llevado a Bohemia los santos Cirilo y Metodio y que casi había desaparecido debido al empuje católico de rito latino. El monasterio se construyó entre 1347 y 1372. El día de su consagración se leyó el fragmento del evangelio en que se narra la aparición de Jesús a sus discípulos en Emaús. Por eso, el monasterio comenzó a ser conocido como Monasterio de Emaús.

El monasterio fue seriamente dañado durante un bombardeo en 1945, durante la Segunda Guerra Mundial, y perdió parte de las pinturas murales góticas que había en su interior. Cuando se reconstruyó, se le añadieron las dos torres de hormigón, semejantes a las velas de un barco, que podemos contemplar en la actualidad. Después de la Segunda Guerra Mundial, el monasterio dejó de ser un centro religioso y se utilizó comoo depósito y para alojar oficinas administrativas. Sin embargo, en los años 90 del siglo XX, volvieron los monjes benedictinos, esta vez alemanes y se volvió a reanudar la actividad monástica. El Monasterio de Emaús se puede visitar de Lunes a Viernes, de 7h a 19h. El claustro, posiblemente lo más interesante del interior, con unas pinturas murales que son de lo mejor del gótico europeo, no siempre se puede visitar, así que si os decidís a visitar este monasterio, espero que tangais suerte y el claustro esté abierto al público.

 

Si deshacéis camino y continais por la calle Vyšehradská, llegaréis a la Iglesia de San Juan Nepomuceno en la Roca. Es la iglesia barroca más pequeña de la Ciudad Nueva. Su aspecto exterior está bastante deteriorado y es una de las pocas iglesias de Praga que, con el tiempo, no han ido abriendo sus puertas para permitir la visita de los turistas (esto era habitual todavía en los primeros años 90, cuando no se sabía nunca si las iglesias iban a estar abiertas o cerradas). San Juan Nepomuceno en la Roca sólo abre los Domingos para la misa a las 8h, si las cosas no han cambiado. Fue construida por Kilian Ignaz Dientzenhofer. En su  interior, como curiosidad, decir que hay una réplica en madera de la estatua de San Juan Nepomuceno que Brokoff esculpió para el Puente de Carlos.

 

Iglesia de San Juan Nepomuceno en la Roca

Para regresar al centro, después de este largo itinerario por la Ciudad Nueva de Praga podéis:

regresar a pie, volviendo a la Plaza de Carlos y siguiendo  por los Muelles del Vltava hasta llegar al Puente de las Legiones y la Avenida Nacional.

– también a pie, regresando a la Plaza de Carlos, por la calle Vodičkova hasta la Plaza Wenceslao.

– en metro, desde la Plaza Carlos (estación Karlovo náměstí, línea B) hasta la estación de Můstek, en la Plaza Wenceslao o desde la Plaza I.P. Pavlova (estación I.P. Pavlova, línea C) hasta la estación de Muzeum, en la Plaza Wenceslao.

Si queréis hacer alguna consulta en relación con el contenido de la entrada, podéis dejat un comentario y os contestaré tan pronto como me sea posible.